Una exposición del mensaje de Dios ".......para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia......." a toda persona que desee ponerse, humildemente, a los pies de Dios para conocerlo, experimentar el perdón de sus pecados, convertirse en su hijo y gozar las bondades de su salvación esperando su retorno.

sábado, 25 de septiembre de 2010

“.......da gracia a los humildes.......”


Todos los días de nuestra vida , cuando nos levantamos por la mañana, asumimos nuestra personalidad y nos enfrentamos a la vida. Pero es necesario reflexionar acerca del rol que asumimos, como seres humanos, en el concierto mundial. Querámoslo o no, la sumisión de nuestra personalidad, a dicho concierto mundial, tiene una influencia gravitante que determina el carácter del mundo; tanto así que podríamos decir, sin temor a equivocarnos, cuál es el estado de este mundo. Por ejemplo: Yo veo que este mundo va de mal en peor y esa cosmovisión es el resultado de un análisis somero de mi entorno; un análisis que no necesita demasiado esfuerzo y la razón por la que puedo dar un diagnóstico de esa naturaleza, es porque puedo ver que, la actuación de las personas, es mala.
¿Qué pasaría si la actuación de todos los seres humanos se concertara alrededor de Dios? La historia sería distinta, muy diferente de la que vemos cada día. Para comenzar, se acabarían las guerras, los pleitos, las envidias, las malas lenguas, los malos procederes, etc., etc., etc. Todo sería armonía y empezarían a desaparecer, poco a poco, todas las dificultades que nos atormentan. Pero esa no es la realidad. La realidad es que todos quieren hacer lo que les da la gana y les importa un pepino todo aquello que no redunde en el beneficio propio. Triste realidad.
Hay dos maneras básicas en las que el hombre asume su rol en este mundo: Humildemente o soberbiamente. Son posiciones antagónicas, dentro de las cuales, cada individuo, asume su propio rol. Los humildes somos quienes nos sometemos a los dictados de Dios y cuidamos de cumplir sus mandamientos y los otros, son los que están pendientes de sus propias resoluciones y no quieren depender de Dios para absolutamente nada.
En este punto, la reflexion va por el lado de comprender la resolución de Dios en el tratamiento de dichas actitudes y lo menciona, muy claramente, en Santiago 4:6 “.......Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.......” Cada uno de nosotros puede examinar su experiencia vivida y darse cuenta, a partir de ahí, que dicho enunciado se convierte en axioma porque lo podemos comprobar, nosostros mismos, que así es. Un ejemplo de lo que estoy diciendo lo vi en un video en el se veía a un ciclista, en una competencia, el cual estaba llegando a la meta, virtualmente solo. Este ciclista, pensando que era el triunfador, levantó las manos vanagloriándose de su “hazaña”, poco antes de la meta y en un descuido, perdió el control y se cayó. El que venía atrás, ganó.
En todas y cada una de las acciones del hombre, Dios interviene; bien sea para oponerse o para darnos gracia y qué bueno que así sea porque es la única manera de descubrir si aquello que estamos hacienda merece o no la aprobación de Dios. Lamentablemente, hay quienes no quieren entender esta situación y se empeñan en dar “.......coces contra el aguijón.......” yendo de fracaso en fracaso.