Una exposición del mensaje de Dios ".......para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia......." a toda persona que desee ponerse, humildemente, a los pies de Dios para conocerlo, experimentar el perdón de sus pecados, convertirse en su hijo y gozar las bondades de su salvación esperando su retorno.

lunes, 4 de octubre de 2010

“.......una vasija de barro........”



La historia, del que fuera el antiguo pueblo de Dios, es rica en simbolismos patentes que explicaban, de manera explícita e inequívoca, la expresion de los sentimientos de Dios hacia sus hijos; bien sea que estos fueran para mostrar su gloria, delante de ellos, o su ira como en el caso de la vasija de barro. A pesar de las incontables ocasiones en las que Dios les advirtió las consecuencias de una mala conducta, los judíos no daban “pie en bola”, erraban una y otra vez como si estuvieran empeñados en quedar mal delante de Dios, antes que bien y Dios, a pesar de su magnanimidad, los disciplinó una y otra y otra vez, hasta hoy; pero ellos no escarmentaban, ni escarmientan aun, antes bien se hacen más necios, porque, lejos de agradar a Dios, cometen atrocidades en contra de la humanidad.
Podemos leer lo que Dios le dice a Jeremías en Jeremías 19:1 “.......Así dijo Jehová: Ve y compra una vasija de barro del alfarero, y lleva contigo de los ancianos del pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes.......” Jeremías obedeció la orden de Dios e hizo lo que este le dijo: Les increpó todos los pecados que habían cometido por largos años. Entre ellos menciona que habían ofrecido incienso a dioses ajenos, que derramaron sangre inocente ofreciéndole sus hijos a Baal, quemándolos en sus altares. Les declaró que, el valle donde hacían dichos sacrificios, lo llamaría Valle de la Matanza; también profetizó que los haría caer a espada delante de sus enemigos y que sus cuerpos serían comidos por aves y bestias. Pondría la ciudad en espanto.
Les profetizó que se comerían a sus hijos y a sus amigos en el asedio de sus enemigos. Después de declararles una larga lista de sus pecados, Jeremías quebró, delante de ellos, la vasija de barro y les dijo que, de la misma manera Dios quebrantaría al pueblo y a la ciudad; como una vasija que, después de quebrada, no puede restaurarse más. Como esta profecía, muchas se han cumplido hasta que Dios desarraigó de su presencia, totalmente, a Israel, después que estos mataron a su Hijo, nuestro señor Jesucristo. El pecado más grande que cometieron los judíos fue la crucifixión de nuestro señor Jesucristo y paraójicamente es solamente en Él que también tienen salvación porque Dios, en su amor, los salva si en Él creen.
En una serie de hechos históricos, Israel sigue peleando por la “tierra prometida” y ha pasado por alto la promesa de un cielo Nuevo y una nueva vida en la eternidad, con Dios. Todos podemos ver que ellos, como muchos, se han quedado en la promesa que ya está caduca porque, como depositarios de la promesa, no cumplieron con lo que les correspondía, de cumplir las órdenes de Dios. En su locura no reparan en hacerles daño a sus semejantes expulsándolos de donde viven, ancestralmente, para ponerse ellos como dueños de una tierra que no es de ellos. Hay miles de lugares en donde ellos pueden estar y que pudieran comprar con su peculio, porque lo tienen; pero ese no es el caso. Ellos quieren ese lugar porque están empecinados en conquistar la “tierra prometida” que los destruirá.