Una exposición del mensaje de Dios ".......para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia......." a toda persona que desee ponerse, humildemente, a los pies de Dios para conocerlo, experimentar el perdón de sus pecados, convertirse en su hijo y gozar las bondades de su salvación esperando su retorno.

lunes, 22 de marzo de 2010

Obedecer a Dios


Hechos 5:29 “…….Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres…….”
Cuando las órdenes del hombre, vengan de donde vengan, se anteponen a la voluntad de Dios, nosotros, los que somos de Dios, no tenemos la obligación de cumplirlas, so pena de caer en descrédito delante de Dios, pecando y delante de los hombres también.

En estos tiempos, el menos persuadido se da cuenta que las cosas están de mal en peor y deduce, sin temor a equivocarse, que estamos muy cerca del fin del mundo debido a la generalidad que se yergue en nuestra sociedad de decirle bueno a lo malo y a lo malo, bueno. Matrimonios entre sexos iguales, abortos “legales”, posesiones “legales” de droga e infinidad de decretos, leyes y resoluciones gubernamentales de la mayoría de los gobiernos mundiales que tratan de dar visos de legalidad a sus tropelías y lo peor es que logran imponer con creces su voluntad sin, prácticamente, oposición. Algunas potencias mundiales arrasan pueblos enteros en nombre de "la democracia y la libertad" para imponer sus voluntades y esquilmar las riquezas de dichos pueblos y enriquecerse más.

¿Qué hacer frente a esta realidad?: Escuchar la voz de Dios. Para esto, tenemos que estar atentos a sus dictados en nuestras conciencias o, en contraparte, interesarse vivamente por el contenido de su Palabra. Las órdenes de los hombres son disimiles y se erigen donde quiera que estamos, de manera que es necesario prestar mucha atención porque, detrás de ellas, está el espíritu del maligno que quiere hacernos caer. Su método favorito es hacernos creer que lo que está planteando es bueno y para ello urde tramas increíbles que llegan a envolver a toda una sociedad para doblegarnos para sus protervos fines.

El apóstol Pedro, a nombre de los apóstoles y estando preso; al ser llevado delante del concilio de los judíos y al ser increpado por el sumo sacerdote sobre la prohibición de no enseñar en el nombre de Cristo dijo: “…….Es necesario obedecer a Dios, antes que a los hombres…….” Esta frase es lapidaria y la debiéramos de esgrimir en defensa de la voluntad de Dios; aunque ello nos cueste la vida. Dios manda y el hombre debe obedecer; no hacerlo, como todos sabemos, nos acarrea problemas de toda índole, que no queremos sufrir y que no quisiéramos que nadie sufra. Nosotros recibimos instrucciones de Dios por medio de nuestra conciencia cuando su Espíritu nos habla al corazón para que andemos correctamente en este mundo y para que nos persuadamos de las tramas del diablo, las cuales teje, para nuestra perdición. Si no estamos muy ejercitados en el discernimiento del bien y del mal, es menester acercarnos a Dios por medio de la lectura de su Palabra y si seguimos teniendo problemas de discernimiento ¿No están ahí los hombres de Dios para enseñarnos?

La corrupción del hombre se da por la reiterada comisión de diferentes pecados a lo largo de su vida, los cuales endurecen su corazón hasta hacerlo insensible, de manera tal que, el hombre, ya no se da cuenta del mal que hace porque ha cauterizado su conciencia debido a su reiterado comportamiento malicioso y al rechazo sistemático de los dictados de Dios a su conciencia. Si Dios siempre le está diciendo al hombre los que es bueno y malo y el hombre siempre hace lo contrario que le dicta Dios en su conciencia; llega un momento en el cual Dios, de tanto sentir el rechazo del hombre, se retira de su presencia para nunca más decirle lo que debe hacer y es en este estado en el que el hombre se vuelve un desgraciado, de manera tal que ya no distingue entre lo bueno y lo malo. Se convierte en un total inconsciente, de esos que llenan las cárceles y las calles también.

No todo está perdido si la persona puede ver un atisbo de esperanza, cuando esto sucede, es menester de agarrar “…….la punta del ovillo…….” y empezar a desmadejar ese ovillo de la verdad de Dios. Si Ud. es una persona que ha matado, violado, robado, etc. Y piensa que puede salvarse, no en vano le es dado este pensamiento y el mismo viene de parte de Dios directamente. Nosotros los hombres y en la carne, no concebimos que una persona que ha cometido tantas faltas pueda ser salvo, pero ese no es el pensamiento de Dios, Dios es un ser amoroso que piensa muy distinto que como piensa el hombre natural. El hombre natural, normalmente, no perdona al hombre cuando este ha cometido una o varias faltas sino que lo condena porque su orgullo de “hombre de bien”, se enaltece y se infatúa; pero el hombre de Dios es solícito en concederle al pecador las prerrogativas de Dios para regresar a su seno.


Nunca obedecer al diablo sera mejor que obedecer a Dios, nunca. La historia de la humanidad esta plagada de millones de ejemplos en los que podemos ver este acertijo. Nosotros mismos podemos dar testimonio de las circunstancias que nos rodearon cuando hicimos la voluntad de Dios por encima de la del diablo y también de las deplorables circunstancias en las que nos pusimos por hacer la voluntad del diablo por encima de la de Dios. Sin embargo, la vida no fue hecha para que la vivamos en alternancias de circunstancias buenas y malas, no; fue hecha para que, una vez conocidos los vericuetos tortuosos del pecado, cuando dejamos de ser niños, regresemos inmediatamente al lugar de donde caímos para nunca mas volver a caer. Claramente nos lo dice Pedrito en 2 Pedro 1:10: ".......Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás......." Si los hombres estamos predestinados a no caer jamás, ¿Por qué entonces seguimos cayendo? ¿queremos seguir como necios y al final entrar a una condenación eterna? ¿o queremos empezar a hacer lo bueno para recibir una recompensa de vida eterna junto a Dios?

Los quiero mucho. Que nuestro Dios, todopoderoso, los bendiga rica y abundantemente en el nombre precioso de nuestro señor Jesucristo, quien vive y reina en nuestros corazones hasta el fin.......



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