Una exposición del mensaje de Dios ".......para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia......." a toda persona que desee ponerse, humildemente, a los pies de Dios para conocerlo, experimentar el perdón de sus pecados, convertirse en su hijo y gozar las bondades de su salvación esperando su retorno.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Agradecidos por todo

“.......dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.......” Efesios 5:20
El darle gracias a Dios por todo, es reconocer que todas las cosas están sujetas a su voluntad y que de una u otra manera servirán para nuestro beneficio porque, hasta el fin del mundo, es para nosotros la esperanza de la vida eterna.
A Dios lo podemos ver en toda la naturaleza quien, a manera de un concierto, ha descubierto, descubre y descubrirá las maravillas de su sabiduría e inteligencia. Ciertamente que, aparte de la naturaleza, hay numerosísimas cosas por las que debemos agradecer a Dios en todo momento.
Una de las cosas que más admiro, dentro de la naturaleza, son los alimentos. Es increible la variedad de alimentos que existen y la infinidad de combinaciones que podemos hacer con ellos y lo mejor de todo es que, es uno de los motivos por los que debemos estar contentos; “.......Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.......” 1 Timoteo 6:8.
Recuerdo que una vez hubo hambre en mi casa y mi mamá, como única comida, nos puso un plato de vainitas hervidas con limón y sal. Para ese entonces ya teníamos una idea clara de lo que significaba las bendiciones de Dios y sabíamos, en ese entonces, que en Biafra la gente se moría de hambre. No está de más decir que esas vainias con limón y sal me supieron a gloria.
Mientras más estoy comprometido con Dios, más admirado estoy de los alimentos y sus variedades. Comer, saborear, masticar, deglutir son todo un ritual para mi; siempre medito en lo amoroso que es Dios al entregarnos tan magnífica variedad: Carnes, frutas, legumbres, hortalizas, pescado, especias, lacteos, etc., etc., etc. También admiro la inspiración que ha dado a los hombres para que hagan combinaciones tan exquisitas que, muchas veces, sus creaciones se han perpetuado por generaciones. Claro que también hay quienes no tienen gracia para la cocina y cada plato que intentan elaborar se convierte en desastre. Yo mismo, muy pocas veces, he echado a perder comidas por ser, a veces, extravagante a la hora de cocinar. Otras he sido super exquisito y las comidas que preparé, han sido, simple y llanamente, apoteósicas.
Cuando voy al mercado (medito) es un momento de exaltación para mí y es que, por naturaleza, me pongo absorto con cada alimento que veo y muchas veces los pongo entre mis manos y lo observo con atención notando los detalles de cada cosa. Siempre estoy repitiendo dentro de mí: “.......bendito padre celestial, qué maravillas has hecho.......” No solamente estoy admirado del milagro de la creación, en este sentido, sino que estoy deslumbrado con el detalle que Dios le dio a las cosas al crearlas imprimiéndoles su amor. Cuando mastico una manzana, me como una nuez o un pescado frito, me siento tan abrumado con el amor de Dios que el sabor exquisito de las cosas pasan a un segundo plano y me siento dichoso de ser partícipe de su amor e infinitamente agradecido por su dispensación prodigiosa para con todos los seres humanos. Nunca olvidemos el estar agradecidos a Dios por todas las cosas. Hay millones de motivos para hacerlo, encuentra uno y disfruta de ese amor incondicionalmente.

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