Una exposición del mensaje de Dios ".......para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia......." a toda persona que desee ponerse, humildemente, a los pies de Dios para conocerlo, experimentar el perdón de sus pecados, convertirse en su hijo y gozar las bondades de su salvación esperando su retorno.

lunes, 8 de agosto de 2011

¿Por qué algunos cristianos consideran que, lo que no es cristiano es satánico o diabólico?

Sería preferible que todos los cristianos lo consideren así porque, de esa manera, estarían siempre atentos a las estrategias que debieran usar en cada circunstancia de confrontación. No podemos ni debemos olvidar que nos encontramos en una guerra espiritual entre el bien y el mal, y que el campo de batalla es nuestro corazón, de modo que si establecemos, en cada momento, el carácter de las circunstancias que nos rodean, no permitiremos que seamos sorprendidos por los ardides del enemigo y nos premuniremos de las defensas necesarias para no ser invadidos y, si es necesario, contraatacaremos entablando combate. Claro que siempre será más sabio que no exterioricemos nuestras animadversaciones por lo profano porque, lo que realmente queremos de sus practicantes, es que conozcan la verdad de Dios, puesto que también nosotros, alguna vez, militamos en sus filas. Otra de las consideraciones que debemos tener, con respecto a lo satánico y diabólico, es que quienes se encuentran inmersos en sus prácticas, no siempre tienen absoluta conciencia de ello, en otras palabras, la mayor de las veces están siendo engañados puesto que el maligno es el padre de la mentira y, lógicamente, muchos son los engañados. ".......Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira......." (Juan 8:44).


Pensando en los momentos en los que fuimos paganos, muchos de nosotros pudimos haber tenido momentos de desasosiego, cuando alguien del cristianismo pudo juzgar nuestros actos calificándolos como diabólicos o satánicos. Debo admitir que no es la mejor manera de expresarse delante de los demás porque ese tipo de actitud nos pone en desventaja delante del enemigo, que es el maligno y, entonces, el poseso se pone en alerta y no permite la interlocución. El otro asunto es que, dicha actitud agresiva, contraviene las recomendaciones del Espíritu Santo quien nos pide que actuemos con mansedumbre y reverencia como lo dice Pedrito en 1 Pedro 3:15: ".......sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros......." Sin estas dos cualidades, nuestra defensa del evangelio es infructuosa y bien puede derivar en una contienda violenta en la que todos salimos perdiendo. Sin embargo, debemos expresar que existen otras instancias en las que la necesidad de la confrontación se hace perentoria porque la influencia de la perversidad del emisor, es irradiada hacia otras personas inocentes y/o débiles que necesitan ser protegidas, ya que de lo contrario pueden ser perjudicadas. ".......Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence......." (2 Tesalonicenses 3:14).


El otro asunto que debemos contemplar es aquel en el cual se clasifican nuestras acciones; porque, según podemos ver, no existen medias tintas en la tipificación de nuestras acciones y aunque algunos se complacen en buscar y en encontrar el "equilibrio" entre lo bueno y lo malo, no por esto son aceptados por Dios, más bien son execrados o, en todo caso, lo serán en un futuro no muy lejano, ya que Dios ha manifestado claramente que no se complace en alguien actúe entre lo frío y lo caliente: ¿no lo expresa así Apocalipsis 3:16?: ".......Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca......." Debemos vivir nuestra integridad con pasión y no permitir ni un ápice de licencia para hacer lo malo, hasta que se constituya en nosotros todo el Espíritu de Dios para hacer, única y exclusivamente, solo cosas buenas. El ideal del cristiano es ser como Cristo, no faltaba más, y en el alcance de ese ideal quemamos etapas en las que nuestra conformidad no se adecua a las de Dios. Necesitamos de mucha paciencia, meditación, análisis y observación. Es una carrera que tenemos por delante y en la cual nos despojamos, poco a poco, de todas aquellas cosas que obstaculizan nuestro desarrollo espiritual, como lo dice Pablito en Hebreos 12:1: ".......Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante......." La consideración principal, en este pasaje, es por la que tenemos una ".......gran nube de testigos......." y no podemos dar un testimonio de mediocridad delante de ellos, la terrible consecuencia es que se alejen de Cristo por culpa de nosotros.


Tampoco se puede juzgar a los cristianos por asuntos de carácter aislado y si todos los cristianos no alcanzan la talla que esperan alcanzar, la de Cristo, no podemos culparlos por ser menos. Si Cristo fue confrontacional con los pecadores y misericordioso con los arrepentidos, somos nosotros quienes debemos cubrir esos extremos, en donde se manifestará nuestro coraje y nuestra valentía, así como nuestro amor y benevolencia. Hay todo un espectro de diferentes vías que deben ser cubiertas por nosotros, en Cristo; no solo las del amor y el coraje, sino también las de la esperanza, la paciencia, la sabiduría, la inteligencia, el poder, la alegría, la humildad, el compromiso, la compasión, etc., etc., etc. Tan bastas son las cualidades de nuestro Cristo que pueden tenernos a la expectativa hasta el día de nuestra muerte. Hemos de reiterar que no hay medias tintas en el comportamiento de los hombres. Que hayamos sido dubitativos, alguna vez, es de lamentarse; pero no es el sino del cristiano; nuestro camino, siempre, es de menos a más como lo dice Pablito en 2 Corintios 3:18: ".......Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.......". No miramos para atrás, miramos para adelante: ".......
prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús......." Filipenses 3:14.

Finalmente, si no hay reflexión acerca del lugar en el que nos encontramos delante de Dios, nos hayamos en desventaja, en comparación con los que sí reflexionan. Claro que la reflexión, en sí misma, no es ninguna garantía de resolución y eso va en desmedro, no solamente del tiempo que usamos para hacerla sino en la consecución de mejores propósitos que los que se han actuando. Es imperativo tomar resoluciones a favor de solucionar los intríngulis de nuestra conducta y es mejor que lleguemos a ellas como fruto de nuestras elucubraciones, antes que alguien nos increpe como satánico o diabólico, sea o no cristiano quien lo haga. Salmos 1:1-3: ".......Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará......." También hay quienes meditan la maldad para luego ejecutarla: Salmos 36:3-5 ".......Las palabras de su boca son iniquidad y fraude;   Medita maldad sobre su cama; Ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien. Está en camino no bueno, El mal no aborrece. Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, Y tu fidelidad alcanza hasta las nubes......." Los quiero mucho.......




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