Una exposición del mensaje de Dios ".......para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia......." a toda persona que desee ponerse, humildemente, a los pies de Dios para conocerlo, experimentar el perdón de sus pecados, convertirse en su hijo y gozar las bondades de su salvación esperando su retorno.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

De la mano de Dios.



Para los que creemos en Dios y buscamos profundizarnos en su conocimiento, es menester  también profundizarnos en la meditación de dichos conocimientos. Debemos atender  la voz de Dios cuando se expresa por medio del corazón al evocarnos pasajes, textos y contextos que afloran de manera natural en nuestra mente, cuando ya las hemos leído con anterioridad y mejor si las hemos estudiado y meditado. Evidentemente que no podremos evocar nada que no hayamos leído previamente. Somos nosotros los que nos tenemos que acercar a Dios primero, porque fuimos nosotros quienes nos alejamos de Él cuando nos tenía en su seno, cuando éramos niños. Si nos acercamos a Dios, de alguna manera, tendremos la seguridad que Él se acercará a nosotros, tal como nos lo asegura Pedrito en Santiago 4:8 cuando nos dice: “…….Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones…….” Una de las mejores formas de acercarnos a Dios, naturalmente, es por medio de la lectura de su Palabra. La certificación y/o comprobación que Él está cerca de nosotros es, precisamente, que cuando al evocarlo o al hacernos una conjetura sobre cualquier tópico, Él acude a nosotros y nos asiste dándonos el querer como el hacer; tal como lo dice Pablito en Filipenses 2:13 que a la letra dice: “…….porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad…….” Esto es extraordinario y no debe ser pasado por alto por ningún mortal, ya que si es el caso (y lo es) que Dios puede inspirar todos nuestros deseos y nuestros movimientos, quiere esto decir que podemos conducirnos, en la vida, virtualmente cogidos de su mano. ¡Albricias! Qué magnífico, qué increíble, qué apoteósico. Esto equivale a decir a que podemos tomar todas las decisiones del resto de nuestra vida, sin equivocarnos. ¡!!!!!!AAAAAAAHHHHHHH!!!!!!! Qué alegría me produce esta consideración, qué gozo tan inefable, qué gran esperanza, qué poder, qué exaltación. Yo quisiera que todos vosotros sintáis como yo, porque es mejor que no sentir nada; y si así fuere, realmente todo cambiaría.
Una clave, acerca de las manifestaciones históricas de Dios, la podemos encontrar en Hebreos 1 que a la letra dice: “……Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos…….”
Siendo que Dios nos habla ahora por medio de su hijo Jesucristo, quiere decir esto que ya no nos habla como nos hablaba en el pasado o, mejor dicho, como les hablaba a quienes fueron su pueblo, por medio de los profetas.
Como todos sabemos, los judíos mataron a nuestro Señor Jesucristo porque no pudieron soportar que alguien viniera en el nombre de Dios a restablecer lo que ellos, como pueblo, habían perdido delante de Dios y Dios, enfadado con la actitud de quienes eran sus hijos, hizo que Cristo resucitara y desechando a Israel como su pueblo, se hizo de un nuevo pueblo celoso de buenas obras, tal como reza en una oración que Pablito le escribiera a Tito, hablando de Jesús, en Tito 2:14 “…….quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras…….” Dios, a través de Cristo, ha purificado, purifica y seguirá purificando a su propio pueblo. Los judíos actuales no pueden creer que hayan matado al Hijo de Dios y que aún lo sigan matando con sus malas acciones, como también lo matan quienes no obedecen el dictado de la conciencia que Dios ha puesto en el corazón de cada mortal, sean judíos o no.
Fue un gran privilegio que Dios escogiera al pueblo de Israel para hacerlos depositarios de su voluntad desde los albores de la historia de la humanidad, pero ellos no supieron estar a la altura de esta circunstancia y se revelaron una y otra y otra vez, a través de la historia, hasta que finalmente mataron a su Hijo.
Una de las grandes desobediencias históricas del pueblo de Israel y que tiene consecuencias hasta nuestros días, fue la de no obedecer, en no hacer pacto ni mezclarse con los que moraban en la tierra prometida de Canaan. Esta tierra abarcaba desde el mar Mediterraneo hasta el río Éufrates. Es decir, desde el río Nilo en lo que, hasta hoy, es Egipto; hasta el río Éufrates, que parte a Irak en dos. Entre estas dos distancias se encuentran, total o parcialmente, los estados de Egipto, Jordania, Palestina, Israel, Líbano, Siria, Jordania, el norte de Arabia Saudita, Irak y Kuwait. Durante el reinado de Salomón, todos los reinos de este territorio fueron sometidos a Israel como lo podemos ver en 1 Reyes 4:21 que dice: “…….Y Salomón señoreaba sobre todos los reinos desde el Éufrates hasta la tierra de los filisteos y el límite con Egipto; y traían presentes, y sirvieron a Salomón todos los días que vivió…….” Si el pueblo de Israel no se hubiera corrompido como se corrompió, otra hubiera sido la historia que estaríamos contando hoy. La confirmación más fehaciente que el pueblo de Israel ya no es el pueblo de Dios, es que perdieron todo aquello que Dios les había dado. Dios mismo se los quitó.
Una de las razones por la que niegan a Cristo como el Mesías, es que eso significaría renunciar a sus pretensiones de reconquistar aquello que perdieron. Ellos esperan un Mesías que los ayude en esa reconquista y trabajan en ello, virtualmente, desde que mataron a Cristo y no cejarán hasta expulsar a las naciones que hoy ocupan esos territorios. Craso error. Están arrastrando al mundo a una hecatombe inevitable y todo por una mala hermenéutica.
Reflexionemos acerca de la necesidad de manejar nuestras vidas bajo la sombra del omnipotente. No seamos necios haciendo las cosas que a nosotros nos parecen convenientes sino a las cosas que se sujetan a la voluntad de Dios.
Los quiero mucho. Que el señor Dios todopoderoso los bendiga en el nombre de nuestro señor Jesucristo…….

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